Cuando llegué a
Puerto Príncipe, el 5 de septiembre de 2012, no pensaba que me convertiría en
papá. Sí, padre de una hermosa perrita llamada Alé. Llevaba una semana en Haití
y mi roomie chilena, Javiera, me hizo bajar a la primera planta, dónde vive la
madame que arrienda nuestra casa.
La escena que vi
en ese ambiente fue terrorífica. Miles de animales enjaulados, pavos, gallinas,
gallos, etc. Sin embargo, la que estaba peor era una perra llamada Puzy. Ella
estaba encadenada, y amarrada a un palo. Lo único que comía era pan frío y
agua. Hace una semana nos enteramos que murió, algo que esperábamos por el
trato que recibía.
Javiera me contó
que la madame había recogido una nueva perra, Sue, la vi y me dio mucha pena y
le dije al tiro: “llevémosla a la casa para darle algo de comer”. Sue se convertiría en Alé. Es su nombre
latino-haitiano. La historia de porqué le pusimos así tiene dos versiones. Una
es porque Alé es la primera palabra que aprendí en Kreyol, significa ¡vamos! La
otra versión dice que ese nombre se lo debe al antiguo Director Ejecutivo de
América Solidaria Haití (Ale)sandro Lodi.
Al principio
teníamos que secuestrar a Ale, entrar silbando para que nos reconozca, y
perseguirla hasta atraparla porque no venía así nomás a nuestra casa. La
primera vez que la alimentamos estaban en casa la mamá y la tía de Javiera (Juana
y Cecilia respectivamente). Entre los cuatro intentamos darle de comer un poco
de leche. Nos costó un mundo hacer que tome algo de leche. Solo el cariño y
experiencia de Juana pudo con los miedos de Alé, creo que ella no comprendía
porque estos humanos le hacían cariño y le daban de comer.
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Juana logró que Alé comiera por primera vez |
Pasaron los días, Juana y Cecilia se
regresaron a Chile, no sin antes comprarle comida y un collar para Alé. Esos
fueron los primeros regalos de nuestra linda perrita. Fue muy complicado darle
de comer en un principio. No podía morder, nunca en su vida lo había hecho.
Tuvieron que pasar 2 meses antes de que probara sus primeros bocados sólidos.
Al principio le dimos atún, y los enlatados que dejaron Juana y Cecilia.
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Alé no podía/ sabía morder |
Con Alé aprendí
lo complicado que pueden ser matar garrapatas, hacer sopa, lo duro que es ver a tu mascota
(hija) enferma. El día que la bañamos por primera vez pensamos que se nos moría.
Terminó tumbada en el piso moviendo las dos patas derechas. Ese tic ya lo
habíamos notado, pero no le prestamos importancia. Luego de ver esa escena
pensé lo peor, ya había pensado dónde enterrarla, vestirme de luto y llorar a
mares.
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Fucking garrapatas púdranse en el fuego del infierno jejeje |
Por suerte, no le pasó nada, sigue vivita y coleando J Sin embargo, los movimientos de las patas derechas nunca desaparecieron. Por el contrario, se intensificaron. Eso nos llevó a hacer una búsqueda de veterinarios en Puerto Príncipe. Conseguimos dos teléfonos, pero aún no hemos llevado a Alé al veterinario porque no tenemos el dinero suficiente para pagar una consulta, análisis y vacunas. Hemos solicitado un dinero extraordinario por mascota, pero nos lo negaron. Lo cual me parece muy injusto porque en otra casa sí recibe un fondo para ello.
La amiga de la
mamá de Javiera, Carolina, se apiadó de Alé desde Chile. Vio unas fotos que
colgué de la perrita por Facebook y ofreció contactarnos con un veterinario en
Chile, nos pidió que le colguemos un video, eso hicimos, y diagnosticaron
distemper…. El mundo se nos cayó!!! Yo pensé en lo peor, de nuevo alistaba mi
traje de luto y me preparaba para ponerle una inyección letal a mi pobre Alé.
Dale, puede que dramatice, pero siempre escuche que esa enfermedad es mortal.
Carolina, el
ángel de la guarda de Alé, nos aconsejó darle de tomar sopa, hacerle mucho
cariño y que no nos preocupemos porque la perra se ve feliz. Lo cual es cierto,
todas las mañanas le doy el desayuno y basta que abra la puerta y me mueve la
cola. No deja que le llene su plato de comida por lo alborotada que se pone. Lo
mismo pasa en las tarde cuando llegamos a casa, ella sale a nuestro encuentro y
le mueve la cola a los 5 habitantes de Delmas 56.
Nuestro último
logro, de hace un par de semanas, es que Alé se quede a dormir en nuestra
terraza. Le pusimos una toalla y ahora duerme feliz y moviendo la patita. Mi hermano, Pablo, se burla de todo. Vio este video de Alé: http://www.youtube.com/watch?v=h9eSpfO5wUc&feature=share y lo relacionó con una canción de los Pericos: (http://www.youtube.com/watch?v=c_dPQ5Jb4GA&feature=youtu.be) jejeje. pablo, eres un cabrón, pero muy graciosa tu acotación.
No sé qué vaya a pasar
con Alé, espero que viva mucho tiempo y que pueda verla mejor. A mí me hace
ilusión sacarla a pasear, nunca he paseado a un perro. Quisiera verla feliz y
que no tenga miedo de salir a la calle con su correa de paseo que le trajo
Javiera de Chile. Espero que ella no relacione la correa a su pasado donde fue
torturada. Quiero salir con mi perrita por las “silenciosas” calles de Puerto
Príncipe.
Sé que aún me quedan 9 meses en Haití, pero
despedirme de Alé será todo un tema, que seguro ya se los contaré.
Buen finde!