Imagino que te
acordarás que hace un par de semanas te dije que odio las despedidas.
Obviamente, siendo Javiera Calquin, no te olvidas de esas cosas. Bueno, quiero
decirte que siempre me ha ido mal en mis despedidas de gente muy querida
(siempre lloro como niño chico). Solo espero que ahora sea una despedida como
la que tuve en Lima cuando me vine para Haití. Ningún llanto y todo el mundo
feliz porque sabíamos que pronto nos volveríamos a ver. En verdad, eso espero
que pase, de todo corazón. No sé si en Chile, en Perú o si llegamos a viajar a
Cali con (la) Feña, pero sé que nos volveremos a ver en algún punto del
planeta.
Desde ya te lo digo,
no estoy dispuesto a dar un discurso frente a todos en tu cena de despedida. Me
carga tener que dar palabras de manera forzada. Por ello, escribo mi discurso
de despedida en mi blog y así me explayo todo lo que quiera. Yo estoy casi seguro
que esta entrada la leerás en Chile o de pronto alguien en Haití te menciona
que te escribí y de pura copuchenta lo lees. Sea cual sea el caso espero que te
diviertas mucho leyendo estas líneas, para no perder la costumbre haré el tonto
para sacarte una sonrisa J
Desde el primer
día te dije que te extrañaría. Aún recuerdo, como si hubiera sido ayer, cuando
nos sentamos en la terraza con Claudia y comenzamos a hablar de mi agitada llegada.
Luego, salió el tema de las cartas, el juego de leer e interpretar que decía la
baraja. No podré olvidar esa primera leída, me pillaste de una. En ese momento
mi mente solo pensaba en mi ex y me lo hiciste notar. Luego vino la primera de
una serie de conversaciones sobre la vida. También se me viene a la mente mi
primera impresión que tuve de ustedes (Claudia, Romina y tú), mis roomies, a
partir de lo que me escribían antes de que llegara a nuestra casa. Recuerdo que
te comenté que tú serías mi compañera de carretes! No me equivoqué en lo más mínimo.
Lo que si no imaginé es que te convertirías en mi maestra de bachata. Gracias a
ti le encontré el gusto a esa música tan melancólica que solo habla de penas de
amor.
Para mí el día
que te convertiste en más que una amiga y te volviste como mi hermana fue
cuando me trajiste a la casa en un estado calamitoso. Tú dirás cuál de todas
las veces, pero yo no cuento las veces del aire acondicionado que regresábamos
de las fiestas de Paraguay o Bolivia jejeje. Me refiero a la vez que regresamos
de una fiesta en la FACH y yo cambiaba mi billetera a cada rato en el tap tap
para que no me la robaran, al final me la robaron en Jacmel. Sin embargo, debo
recordarte que yo también te “protegí”. ¿Recuerdas la fiesta en la que
conociste a tu ex? No me dejarás mentir si es que digo que pese a que estaba
curado te chequeaba para saber dónde estabas y casi me pongo a bailar contigo
para que no bailes con cualquier gilipollas. Al final entendí que te gustaban
los gilipollas, cada uno con su rollo. No soy celoso, aunque siempre quiero lo
mejor para mis hermanos.
Ahora que te vas
tendré que tener los 5 sentidos bien puestos en todo lo que realice en esta
isla. Ya es hora de dejar de hacer el tonto y continuar con mi relación de amor
- odio con Haití cherie, pero ahora he de mostrarme tal como soy. Siento mucho
no haberte prestado tanto atención, al menos la que hubiera debido darte, pero
ese ha sido mi mecanismo de defensa para sobrevivir al caos de Haití cherie.
Siempre te dije que eres una persona importante para mí. Además sé que me lees
muy bien y sabes que con todos he sido igual de borde. Aunque, no pondré una
excusa, debo reconocer que tengo mala memoria para las cosas y más si es que no
le presto atención.
Sé que nos han
quedado por hacer algunas cosas en la isla. Como ir a la isla tortuga, viajar a
los 27 charcos, que me ayudes a armar mi patrón (del mal) con las minas. Si tu
patrón son los gilipollas, ¿el mío será las atadosas (yo creo que es más
complejo que eso)? Esto último lo he dejado de hacer intencionalmente. Yo he
dejado de molestar (de ser dedo) para armar ese patrón cuando estés en Chile,
una vez que terminemos eso, te prometo que viajamos donde quieras, solo deja
que ahorre dinero. Tú sabes que siendo voluntario no se puede ahorrar y uno
solo puede vivir el día a día.
¿Te he contado
las cosas que quiero hacer antes de morir? Y sí, soy tan freak que tengo una
lista de eso. Aunque la única cosa que estaba, hasta hoy, es ir al Camp Nou con
mi amiga Anita. Desde hoy también está el ir visitarte y pasear por Chile. Sé
que allá tendré anpil casas y anpil cenas, como el cordero al palo de la polla.
Sin embargo, no te perdonaré si es que no me llevas a comer una buena empanada
chilena (hasta ahora ninguna me parece buena), tus bares preferidos y si me
presentas una mina y termino yendo al motel Valdivia solo terminaré diciendo
que eres la mega crack (se podría decir la manza crack)
Finalmente, si
quieres que te cuente las copuchas que suceden en Haití, ponte whasap, coño!!!
Ha sido un gran
placer conocerte. Me hace ilusión que sigamos viajando juntos y que nos veamos
luego del voluntariado, eres tremenda compañera de viaje. Además, siempre me
enseñas a no ser tan consumista y que para divertirse como chancho no se
necesita tanto dinero. Espero no ser muy ingrato y no perder el contacto
contigo. Espero lo mismo de tu parte y lo mínimo que puedes hacer es cambiar de
móvil a uno con whasap. Así te mando foticos de Alé y de la isla.
Un besote enorme
y bon voyage!
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Bye bye Javi y muchos éxitos en los que se te viene |