Me tomó mucho tiempo darme cuenta
de que mi debilidad son las chicas hippies. Recién el año pasado, en Haití, con
las conversas con mis roomies tumbado en la hamaca del patio de nuestra casa,
con unas cuántas prestiges -la cerveza haitiana que tanto extraño- llegué a esa
conclusión. Yo no hago caso a las
señales, incluso a las más evidentes… soy un cegatón y no pillo esos detalles a
la primera, tardo mucho. Ahora que lo sé, he tomado la determinación, cual
Superman, de evitar mi kriptonita y escapar por miedo a salir lastimado. A
continuación les contaré una anécdota que me pasó en un viaje que hice años
atrás. Vale la pena aclarar que pese a que intente evitarlas, lo más probable
es que sucumba a la tentación de acercarme a mi kriptonita.
![]() |
Así recuerdo a la niña que conocí en mi viaje |
Hace unos años viajé a una tierra
distante a la de mi pueblo natal y en una fiesta de Halloween conocí a una
mujer que me deslumbró desde que la vi. Ella estaba con un vestido floreado de
color rosado acompañado de un cinturón dorado, ella usaba una flor y una vincha en
el cabello, y un collar con el símbolo de Peace & Love. En esa reunión
había muchas chicas guapas, pero me focalicé en la hippie, en ese momento no
sabía por qué sentía la necesidad de acercarme a ella y hablarle. Ahora lo
entiendo todo, sucumbí a mi kriptonita. Ella podía alejarse e irse a otro
ambiente, pero mis radares se activaban y cual GPS me indicaban el camino hacia
ella, mis pies se movían solos. Así supe que vino sin pareja.
Esa noche me acerqué muy tímido y
la saqué a bailar. Yo estaba muy nervioso porque pusieron una salsa que me
gustaba mucho, pero los que estaban en la pista de baile me hacían ver como un bailarín
principiante. Ella dijo: “no te preocupés, yo te enseño. Todo es cuestión de
oído, de llevar el ritmo.” Me decía que aplaudiera mentalmente con cada sonido
de la percusión, cada aplauso era un movimiento de pie. Recuerdo que antes de
empezar a bailar y darme esas breves instrucciones, me dijo “si aplaudes mal,
no tienes arreglo”. Me reí y bailamos. Cuando finalizó la canción me dijo que lo
había hecho bien, pero que tocaba seguir practicando y bailamos varias piezas
esa noche.
Esta es la salsa que bailé con la hippie aquella noche
Cuando estuvimos cansados de tanto
bailar, le dije para descansar y tomarnos unas cervezas. Ella accedió y le
conté un poco de mí y ella hizo lo mismo. Encontramos varios puntos en común:
la música que escuchábamos, el gusto por viajar, las películas que nos gustan; pero
hubo un tema que me llamó la atención. Ambos trabajábamos en temas de primera
infancia, algo que me apasiona muchísimo, y cómo cualquier otra pasión que
tengo, me dediqué a hablar sobre ella. Ya sé lo que piensas…. ¿Hablar de
primera infancia en una fiesta? ¡Qué ñoño este tipo! Sin embargo, para mi buena
suerte, la hippie era igual de ñoña que yo y conversamos varias horas. Hablamos
de algunas experiencias de nuestros países, de autores, organizaciones que
trabajan el tema. Yo la miraba embobado por la cantidad de conocimientos que
tenía y comenzaba a preguntarle para seguir aprendiendo.
![]() |
Unos tips acerca del baile |
Todo fluyó de maravilla, continuamos
bailando, nos reímos juntos, pero la noche no era eterna y amaneció. Me dijo
que tenía que irse, le pedí su número para contactarme y volver a verla en los
pocos días que me quedaban en ese pedazo de cielo que se convirtió esa tierrita
bella. No me dio su número, pese a todo el buen rato que pasamos juntos. Me
dijo que si el destino quiere nos juntaríamos de nuevo. En ese momento mi cara
se entristeció y me piqué y le dije: “vale, vamos a ver si nos juntamos de
nuevo. Estoy seguro que sí”…. Y unos meses después nos encontramos en otra
ciudad. No llego a entender las hippies y sus cosas místicas, pero a veces es
mejor no entender y dejar que las cosas fluyan.
Esta historia es un pretexto para invitarlos a reflexionar
sobre sus puntos débiles y piensen si es bueno alejarse o lo mejor es afrontar
la situación. Obviamente, un gusto tan grande te llamará la atención y si uno
no tiene fuerza de voluntad sucumbirá en una.
No hay comentarios:
Publicar un comentario