lunes, 17 de junio de 2013

Lecciones de Haití cherie: 1. Bon chans!

La suerte está conectada a esos factores externos que no controlamos, a esas cosas que no dependen de nosotros y que a veces pueden serlo todo. En mi soberbia pensaba que uno puede controlarlo todo, que es capaz de manejar cualquier situación si es que está preparado. Bueno, hoy me levanté con ganas de reconciliarme con la suerte. Reconozco que no somos súper hombres y a veces hay que dejar que las cosas fluyan y encomendarnos para que se nos de las cosas de la mejor manera.

Hace mucho tiempo no le deseo buena suerte a nadie. He estado utilizando la palabra éxitos porque creía en que el trabajo de cada uno es suficiente para que las cosas salgan de maravilla. Sin embargo, hoy quiero desear buena suerte porque a veces no basta con el empeño puesto en las labores diarias. Hay ocasiones en que la suerte (chans en creole) es necesaria para que una presentación sea rotunda, para que la magia suceda en los diferentes ámbitos en que nos desarrollamos.

A los aficionados de la tauromaquia nos pasa eso (lo había olvidado). Deseamos suerte y una buena tarde al matador cuando lo vemos. Le mandamos energías para que le toque un toro que permita tener una corrida buena. El torero también pide suerte, se encomiendan con un santo, patrón o matrona de la ciudad para retornar a casa sano y salvo. Hay muchos signos en esta tradición que se conectan con la suerte y eso es lo que me gusta porque ninguna tarde es igual por más que estén los mismos personajes. Lo sé, este ejemplo es muy controversial, pero es parte de mis tradiciones, parte de lo que soy.

Bon chans!/ Bonne Chance!/ Good luck!/ Buena suerte! y bye bye soberbia

Hoy espero que a todas las personas que quiero tengan muy buena suerte en lo que realicen. Sé que muchos le han puesto mucha dedicación en lo que hicieron. Hoy será un día mágico donde las cosas fluirán a favor porque desde algún rincón alguien les manda buenas vibras. Al menos una persona desde Puerto Príncipe lo ha hecho.

Bon chans! y a por un triunfo rotundo.

PD: Ojo, no dejen todas las cosas a la suerte, al azar. Siempre hay que darlo todo y hacer que las cosas sucedan. 


El soundtrack de esta entrada es Lucky Man de The Verve

domingo, 9 de junio de 2013

Se está terminando mi relación con Haití cherie :(

Hace poco cumplí nueve meses en Haití y muchas imágenes se me vienen a la cabeza. La aeromoza peruana regalándome cosas en el avión de Miami a Puerto Príncipe, las caras de Isidora (mi ex zonal), Javiera y Romina (mis roomies) cuando me recibieron en el aeropuerto, el caos de Puerto Príncipe, mi primera visita a un campamento, etc. Sin embargo, la reflexión de que ya me falta poco en esta isla y que quizá deba terminar mi relación con Haití cherie se produjo cuando regresaba a mi casa luego de comprarme la camiseta de prestige, la cerveza haitiana ganadora de dos premios mundiales.

Estaba en el tap tap de regreso a casa con una sonrisa de oreja a oreja porque otra vez me salí con la mía. Tenía la tan ansiada camiseta de prestige. Muchos voluntarios de América Solidaria (AS) quieren esa camiseta y se quedan en yo la quiero, pero al final retornaban a sus países sin ella. Lo mismo pasa con la camiseta de fútbol de Haití. Hace dos semanas la conseguí, y al ver que había cumplido esas metas reflexioné en otros logros que he tenido en esta maravillosa isla. Aprendí a lavar a mano mi ropa, a cocinar, bailar kompa y bachata (no a la perfección, pero un buen intento) y hacer los quehaceres de la casa. Si es que cuando digo que en Lima no hacía nada es porque era textual.

En la fábrica Brana con mi camiseta de Prestige

Estoy enamoradísimo de mi novia Haití cherie. Aunque debería decir de Quisqueya, las dos hermanas gemelas, Haití y República Dominicana, son muy guapas. Cada una tiene su encanto y magia propia. Tanto amor me tiene preocupado porque mi partida es inminente. Retorno a Lima el 27 de agosto y tendré que despedirme de las hermanitas. ¿Cómo termino la relación? O me hago el tonto, el pesado y hago que Haití termine conmigo. Sé que debo vivir el día a día y gozarme Haití lo más que pueda, pero me es inevitable preguntarme por cómo será la mejor manera de decir adiós.

Cómo soy un cabezota cuando me enamoro, estoy intentando quedarme en la isla. He actualizado mi currículo (hoja de vida) para aplicar a trabajos aquí, pero si aparecen ofertas en otros países bienvenidas sean. Comenzaría una nueva aventura feliz y regresaría a vacacionar por este lado del mundo. Ya he tenido la experiencia de un amor a distancia y creo que se puede mantener intacto con visitas y con una buena comunicación. Sin embargo, yo considero que luego de un año de voluntario en Haiti cherie creo que disfrutaría más trabajar en República Dominicana = ligarme a la hermana gemela de Haití. Solo porque habla español, me gusta más la bachata y porque el ron es demasiado bueno.


Que pasará conmigo, con mi relación con Haití, la engañaré con la hermana. No lo sé, ya les iré contando